Cáncer de mama: la importancia de la fisioterapia en la recuperación

¿Has padecido cáncer de mama y/o conoces a alguien que esté pasando por ello? Aquí te explicamos qué puede hacer la fisioterapia durante y en la recuperación. Quédate un rato mas y ️te lo contamos🌸

El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres afectando a 1 de cada 11.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), cada año se
diagnostican 35.000 nuevos casos en España. Gracias al diagnóstico precoz y
a los avances en los tratamientos, la supervivencia ha aumentado
significativamente.
El mayor nº de diagnósticos se produce entre los 50 y los 70 años, coincidiendo
con el momento de transición a la menopausia y asociado al cambio hormonal
que se produce en este momento. Por otro lado, también ha aumentado el
diagnóstico en mujeres jóvenes, lo que se explica tanto por una mejor
detección precoz como por algunos factores asociados al estilo de vida actual
como el sedentarismo, sobrepeso, consumo de alcohol y una exposición
prolongada a factores hormonales y ambientales.
Durante la fase inicial del cáncer de mama, el foco está puesto en los
tratamientos médicos: cirugía, quimioterapia, radioterapia o terapias
hormonales; y en superar la enfermedad. Sin embargo, una vez que “lo peor ha
pasado”, comienza una etapa en la vida igualmente importante: la
recuperación funcional y emocional.
En este momento, el objetivo ya no es curar, sino recuperar la calidad de vida,
volver a moverse con libertad, disminuir el dolor, reconectar con el cuerpo y
retomar la confianza en una misma. La fisioterapia especializada ayuda a
acompañar en este proceso, abordando las secuelas físicas y facilitando que
cada mujer recupere su bienestar integral.

La fisioterapia te da la mano para cuidar las secuelas del cáncer de mama

Cicatrices quirúrgicas

Pueden generar adherencias en las capas más profundas de la piel y el tejido
subcutáneo que dificultan la movilidad, provocando tirantez, dolor o limitación
funcional. También pueden provocar dolor en otras zonas a distancia por
limitación en la fascia y alterar la postura o el patrón respiratorio.


La fisioterapia se enfoca en:

– Movilización y masaje, teniendo siempre en cuenta las características especiales de una cicatriz oncológica
– Técnicas miofasciales y de liberación del tejido blando, que facilitan el deslizamiento entre capas 
– Ejercicios de movilidad y estiramientos
– Educación en el cuidado de la piel, hidratación y automasaje para complementar el tratamiento en casa


El tratamiento temprano de la cicatriz no solo mejora la funcionalidad y la
estética, sino que también tiene un impacto emocional positivo, ayudando a la
mujer a reconectar con su cuerpo y mejora de la autoimagen.

Movilidad del brazo y el hombro

Directamente relacionado con la cicatriz de la propia cirugía y los tejidos  afectados durante la misma, es frecuente que el hombro pierda movilidad por dolor, inflamación y/o miedo al movimiento. Si no se aborda de manera temprana, esta rigidez puede prolongarse y afectar a las actividades del día a día, pudiendo afectar la autonomía de la paciente.


La fisioterapia ayuda a recuperar la amplitud de movimiento, la fuerza y la coordinación, mediante técnicas manuales, ejercicios progresivos y trabajo postural adaptado a cada fase de recuperación.

Cordones axiales

Los cordones axilares, también conocidos como síndrome de la cuerda axilar, aparecen habitualmente tras la cirugía de la mama o la extracción de ganglios linfáticos.


Durante la intervención, se manipulan y cortan estructuras linfáticas y vasos que forman parte del sistema de drenaje del brazo. En el proceso de
cicatrización, estos vasos pueden inflamarse, retraerse o fibrosarse, dando lugar a la formación de bandas o cordones tensos que se palpan y a veces se ven bajo la piel, desde la axila hacia el brazo, el antebrazo o incluso la muñeca provocando tirantez, limitación de movimiento y en ocasiones dolor al elevar el brazo.


El tratamiento fisioterápico combina terapia manual específica para liberar el tejido, movilizaciones y estiramientos progresivos según la tolerancia de cada paciente, para mejorar la elasticidad de los tejidos y romper de forma gradual las adherencias.

Linfedema

Sin duda es una de las complicaciones más temidas tras el tratamiento del cáncer de mama. Se produce por una alteración en el sistema linfático que impide un adecuado drenaje de la linfa, provocando hinchazón en el brazo o la mama.


Además del aumento de volumen, el linfedema puede causar sensación de  pesadez, tirantez, hormigueo, limitación de movimiento e incluso cambios en la textura de la piel.


Utilizaremos distintas técnicas de fisioterapia para conseguir un mejor resultado:
– Drenaje linfático manual: técnica específica para estimular la circulación linfática y facilitar la reabsorción del líquido acumulado
– Vendajes multicapa o prendas de compresión: ayudan a mantener el volumen controlado y favorecen el retorno linfático

– Ejercicio terapéutico: el trabajo activo de la musculatura es uno de los
mejores aliados para activar el sistema linfático
– Cuidados de la piel: mantener una correcta hidratación y evitar presiones y
heridas.


El abordaje precoz y la constancia en el tratamiento son los factores clave para que el linfedema se pueda mantener estable y controlado, evitando complicaciones y mejorando significativamente la calidad de vida.

Suelo pélvico

No nos olvidaremos de mencionar que todos los tratamientos oncológicos tienen repercusiones directas sobre el suelo pélvico, pudiendo generar molestias o disfunciones como incontinencia urinaria, prolapso de vísceras pélvicas o disfunción sexual.

Próximamente dedicaremos un artículo específico al suelo pélvico después de un tratamiento oncológico para
profundizar en ello. ¡No te lo puedes perder!

En resumen, la fisioterapia especializada es una pieza esencial en el proceso de recuperación tras el cáncer de mama. En Clínica Sanalia ofrecemos a cada mujer el tratamiento individualizado acorde a sus necesidades y te acompañamos desde la cercanía y la evidencia científica para recuperar el bienestar físico, emocional y funcional.

Para más información, visítanos en Clínica Sanalia en Avd. Retamas 16, Alcorcón, o contáctanos a través de:

 

¡Te esperamos! 🩷