
Muchas mujeres entre los 35 y 55 años se esfuerzan por llevar una alimentación saludable, evitando dietas extremas y seleccionando alimentos considerados buenos para la salud. Sin embargo, a pesar de estas buenas intenciones, no logran bajar de peso y esto puede resultar muy frustrante.
¿Qué factores están frenando la pérdida de peso?
La clave está en entender que el cuerpo cambia con la edad, y que lo que antes funcionaba puede dejar de ser suficiente.
- Es común que muchas mujeres normalicen señales como cansancio persistente, cambios de humor, ansiedad, antojos intensos, retención de líquidos y digestión pesada. Aunque puedan parecer síntomas aislados, en conjunto pueden ser indicios de desequilibrios hormonales o metabólicos que afectan la energía y el control del peso.
- La hormona insulina, que regula el azúcar en sangre, también influye en el almacenamiento de grasa. A partir de los 35 años puede disminuir la sensibilidad a esta hormona, generando más hambre, especialmente por la tarde o noche, y antojos de alimentos dulces, que dificultan la pérdida de peso, aun cuando la alimentación sea saludable.
- El estrés constante y la falta de un sueño reparador elevan los niveles de cortisol, la hormona del estrés. El cortisol elevado favorece la acumulación de grasa, aumenta el apetito y genera sensación de cansancio, bloqueando la capacidad de quemar grasa.
- En relación a la composición corporal, se pierde masa muscular con la edad, y esto reduce la cantidad de calorías que el cuerpo consume en reposo. Por ello, aunque las calorías consumidas sean las mismas, el gasto energético es menor y el cuerpo tiende a acumular grasa si no se ajusta la alimentación.
- La manera en que se distribuyen las comidas a lo largo del día también tiene un impacto. El cuerpo tiene un reloj biológico que regula cuándo es más eficiente digerir y utilizar los alimentos. Comer en horarios adecuados puede mejorar la saciedad, la digestión y el metabolismo.
- Es común que algunas dietas consideradas saludables tengan poca proteína o grasas saludables, y un exceso de frutas o productos “light” que, aunque bajos en grasa, contienen azúcares ocultos o aditivos que dificultan la pérdida de peso.
Te acompañamos en el pérdida de peso
El camino hacia la pérdida de peso sostenida pasa por aprender a escuchar el cuerpo, y comprender e identificar todas estas señales, tratando de adaptar nuestra alimentación y nuestro estilo de vida, a los cambios específicos que están afectando a nuestro cuerpo, y que implican que no solo importa lo que comemos, sino también cuándo y cómo lo comemos.
Tras una sesión de valoración en Clínica Sanalia, nuestra nutricionista podrá acompañarte y ayudarte en este proceso. Para más información, visítanos en Clínica Sanalia en Avd. Retamas 16, Alcorcón, o contáctanos a través de:
¡Te esperamos! 🩷